Jomar Canales Conde: la inclemencia y la belleza “En algún lugar es tiempo de acerolas” (Pulpo, 2025)
Reseña sobre libro de poesía puertorriqueña.
La rabia también se agota
Texto sobre la inmigración, la familia y la escritura de un joven en el área oeste.
Encontrarme con la distancia
Crónica sobre la soledad en un apartamento y la distancia de las personas que amas.
Centro de Investigación y Restauración de Organismos Marinos en Ceiba y La Parguera (CIROM)
Centro de restauración e investigación de organismos marinos. Centro para la restauración de los arrecifes de corales por medio de su fragmentación y cultivo. También se crían erizo y cangrejos que consumen el alga que crece sobre los corales. Se busca un acercamiento holístico que permita la restauración de los arrecifes de coral en Puerto Rico.
Un vivero de carruchos en Naguabo, Puerto Rico
Centro de cultivo de carrucho en una Villa Pesquera en Naguabo. También se cultivan algas marinas. Trabaja la comunidad de naguabo en colaboración con otras agencias de conservación y manejo de recursos costeros y marinos.
Ramona Cruz Sanabria y el derecho a vivir en paz
El mar se funde con el cielo mientras el cemento avanza sobre el karso en Playuela. Entre palmas y raíces de ceiba, una mujer resiste. Doña Ramona Cruz Sanabria ha vivido toda su vida frente al mar, en una casa levantada por su abuelo hace más de 140 años. Esa historia, tejida con salitre y memorias, está bajo amenaza por desarrolladores turísticos y un sistema legal que ignora el derecho a permanecer. Rodeada de su familia y naturaleza, Ramona encarna la lucha colectiva por la vivienda digna en Puerto Rico. Su caso no es único, pero su historia es símbolo: entre el calor, la grama recién cortada y la sombra de los flamboyanes, resiste la memoria viva de una comunidad que se niega a desaparecer.
Dedicatoria
Una fotografía, una silla vacía y el murmullo constante del mar: ecos de una infancia luminosa y de la memoria persistente del primer padre. Esta dedicatoria es un intento de tocar lo perdido con palabras, de nombrar el duelo con ternura, y de reconocer que en medio de tantas ausencias, aún hay presencia en lo que queda.
La poesía nunca nos abandona
El papel en blanco es un mapa de ausencias. En él trazamos las pérdidas: la del país, de la tierra, de los cuerpos desplazados. Mientras más escribimos, menos país nos va quedando. Documentar la pérdida es mi forma de permanecer. Escribo con una mano negra que no solo sostiene el lápiz, sino también la memoria de mi abuelo, de mi madre, de mi barrio. Es en la palabra donde me reconozco y me rebelo. Mi poesía nace del coraje acumulado, de la sospecha que despierta mi piel, de la ausencia de voces negras en los libros que me formaron. Escribo para no ceder al silencio, para no olvidarnos. En nuestra literatura afrocaribeña, en nuestras recetas, en nuestras calles nombradas por abuelas, seguimos vivos. La poesía es mi deber: un testimonio ante la pérdida, una resistencia ante la invisibilización, un espejo de mi historia. La literatura negra no es solo denuncia, también es refugio, compañía, inicio.
Reseñas
Atisbos sobre literatura puertorriqueña actual